
Date permiso para crear cosas que sean una mierda.
Esta frase es importante que te la repitas. El perfeccionismo nos invade y nos paraliza. Hay mucho talento desaprovechado por culpa del miedo.
A mí me ocurre a veces.
Me gusta escribir. También me gusta escribir comedia. Lo curioso es que cuando doy ideas de bromas a otros humoristas, estoy muy suelto. Soy muy creativo. No tengo miedo porque no es para mí. Si no les gusta, las descartarán. No tengo presión.
Pero cuando es texto para uno de mis monólogos la cosa cambia. Me entra el miedo. No es un miedo consciente, es miedo a no dar la talla. Miedo a que lo que escriba sea malo, que sea flojo.
Y eso que tengo la teoría muy clara: cualquier proceso creativo es un proceso iterativo. El escritor Ernest Hemingway decía:
El primer borrador de cualquier cosa es siempre una mierda.
Es una de mis citas favoritas pero aún y así no siempre me la creo. Es como si esperara que mi primera versión fuera brillante. Por eso la frase inicial: “Date permiso para crear cosas que sean una mierda”.
Cuidado, eso no quiere decir que tengas que bajar el listón. Intenta dar lo mejor de ti pero si sale mediocre o malo, cálmate. Ya te saldrá mejor mañana, o pasado, o el otro. Porque la clave está en volver a escribir más el día siguiente. La calidad sale de la cantidad. Si sé que los próximos días seguiré escribiendo, algo bueno saldrá pronto.
Tim Urban, autor del blog Wait but Why publicó un artículo genial titulado 100 Blocks a Day en el que cuenta lo siguiente: si duermes unas 8 horas, te quedan aproximadamente 1.000 minutos al día. Si divides esos 1.000 minutos en bloques de 10, te quedan 100 cubos de 10 minutos. La pregunta es: ¿qué haces con esos 100 cubos?
Me encanta el talento de Tim Urban para concretar conceptos tan abstractos como el tiempo disponible de un día en algo como 100 cubos de 10 minutos. Además, él complementa sus textos con dibujos y garabatos que aún lo hacen más tangible.
James Clear, autor del libro “Hábitos atómicos”, comenta que si mejoras un 1% en algo cada día, al cabo del año habrás mejorado aproximadamente un 37%. Es el poder de los pequeños cambios sostenidos en el tiempo. Pero no es tan fácil como parece.
¿Cómo sé qué he mejorado un 1% respecto ayer?
Hay veces que puede ser fácil pero en otras ocasiones, ¿cómo mido que he mejorado mi escritura un 1%?
La idea de mejorar poco a poco está muy bien pero para no romperte la cabeza, es mejor empezar por algo más sencillo: dedica un 1% de tu tiempo diario a aquella actividad en la que quieres mejorar.
O dedica un 1% del día a algún propósito importante que te has marcado.
O sea, que gastes uno de tus cien cubos de tiempo diarios.
Supongamos que quieres publicar un libro. Es un gran propósito que conlleva mucho esfuerzo. Si dedicas diez minutos al día, estás dedicando un 1% de tiempo de tu día a escribir. No puedes poner ninguna excusa por falta de tiempo por diez míseros minutos. Así que cada día usas uno de esos cubos de diez minutos para escribir, al cabo de…
- una semana has dedicado 1 hora y 10 minutos.
- un mes has dedicado unos 300 minutos, que son 5 horas.
- un año has dedicado 3.650 minutos que son unas 60 horas.
Además, lo que cuesta a menudo es ponerse a hacer algo, si empiezas a escribir con el objetivo de hacerlo solo diez minutos, lo más probable es que estés algo más de tiempo. Aunque hagas los diez minutos de rigor y pares de golpe, con el tiempo vas a aumentar el rato de tu hábito. Es inevitable. Tu cerebro se acostumbra y casi que te pide más.
Cómo superé un bloqueo de cinco años
El 4 de febrero de 2020 empecé con un hábito atómico de escribir diez minutos al día. Estaba bloqueado con la escritura de un libro desde hacía casi cinco años. Decidí aplicarme el cuento de los hábitos.
Cuando escribo estas líneas han pasado 122 días desde que empecé de los cuales he escrito 104, un 85% del total. En febrero empecé muy bien: solo fallé tres días pero en marzo hubo una debacle (fallé 11 días). El confinamiento en familia con hijos pequeños alteró mis hábitos y tardé un tiempo en recuperarme.

El truco de ponerme solo diez minutos funcionó muy bien. En realidad, me ponía más tiempo. Estos son los minutos que estuve los primeros días: 20, 36, 30, 40, 40, 15, 10, 12… Pero aunque solo hubiera hecho diez, hubiera cumplido y lo hubiera celebrado. Usé una app del móvil de seguimiento de hábitos para indicar los días en que cumplía con mi nuevo hábito.
Te pongo un gráfico con mi evolución de minutos diarios para escribir. No he puesto los días que no escribía y por eso el mes de marzo parece más corto.

Como ves, he doblado el tiempo que dedicaba al principio a escribir. Incluso tuve un pico de inspiración en el que dediqué dos horas o más al día (espero volver a lograrlo pero de momento sigo con mi evolución gradual).
Ayer acabé el segundo capítulo de un libro que estoy escribiendo sobre storytelling para comunicar. Llevo más de cien páginas de borrador, algo impensable antes de empezar con mi hábito atómico de un cubo de diez minutos al día.
Y tú, ¿a qué vas a dedicarle un cubo al día para adquirir ese hábito que llevas tanto tiempo intentar adquirir?
Si no se te ocurre ninguno, te propongo uno.
Empieza un nuevo hábito que mejorará tu vida
Año tras año salen las competencias más valoradas por las empresas. La comunicación interpersonal está siempre entre las tres primeras. Hagas lo que hagas si comunicas mejor, te ayudará a lograr tus objetivos. Y para comunicar mejor hay que contar historias. Los humanos estamos rodeados de historias y las consumimos a diario por muchas vías. No podemos dejar de usarlas al comunicar porque no conectamos, ni entretenemos ni inspiramos de la misma forma.
Para contar historias es necesario antes recopilar historias, algo muy útil porque dispondrás de un respositorio del que podrás tirar en cualquier contexto: formaciones, charlas, conversaciones privadas, redes sociales, emails, episodios de podcast, artículos de blog, etc.
Si crees que no tienes tiempo para recopilar historias no te preocupes, tengo un super truco Jedi para que lo logres con un esfuerzo mínimo. Es el mismo truco que dos amigos oyentes de Presentástico usaron: Jose lo usó para empezar su nuevo podcast y Dani para volver a leer libros después de mucho tiempo. El truco que yo mismo he aplicado para volver a escribir un libro después de cinco años de bloqueo de escritor. Se trata de empezar un hábito atómico.
Un hábito atómico es un hábito reducido a su mínima esencia.
La idea es que sea muy fácil de hacer. Un ejemplo sería hacer una flexión al día. Parece que no servirá de nada pero es muy efectivo. Primero, es asequible. Segundo, es fácil repetirlo. Tercero, con el paso del tiempo podrás hacerlo crecer lentamente. Podrás pasar a dos flexiones diarias, al cabo de un tiempo a tres… Y llegará el día que puedas hacer veinte flexiones sin despeinarte.
Te propongo que recopiles una historia al día. Esto sería lo ideal pero si es demasiado para ti, cambia la frecuencia:
- tres historias a la semana, por ejemplo: lunes, miércoles y viernes.
- dos historias a la semana, por ejemplo: martes y jueves.
- una historia a la semana.
Lo importante es que sea asequible y que cumplas con la frecuencia que elijas. Si no puedes con tres a la semana, baja a dos.

Cualquier historia servirá. No juzgues si es lo bastante buena para usarla al comunicar más adelante. Tú guárdala y punto. Puedes usar anécdotas propias, experiencias del pasado, cosas que te cuentan amigos, familiares o compañeros de trabajo. También historias de noticias o de cualquier otra fuente como redes sociales, libros, podcasts…
Usa una app de seguimiento de hábitos (hay muchas en las tiendas de aplicaciones). Marca el hábito como hecho cada vez que lo hagas y celébralo. Tu misión es no romper la racha de logros. Si llevas tres días seguidos recopilando una historia, no rompas la racha. ¡Sigue!
Pero como somos humanos, algún día romperás la racha. No pasa nada. No te flageles y dejes de hacer el hábito porque «¿Qué más da ahora?».
Hay una norma sagrada: nunca falles dos veces seguidas. Si lunes, martes y miércoles recopilas historias y fallas el jueves, el viernes tienes que recopilar otra historia sí o sí. Si alguna vez fallas dos veces seguidas, tampoco tires la toalla. Recupera el hábito enseguida y vuelve a construir una racha de logros.
Si quieres asegurarte de que consolidas este super hábito de recopilar historias, hazlo social. Rinde cuentas con algún amigo, familiar o compañero de trabajo. Dile: «Me he propuesto recopilar una historia al día (o la frecuencia que elijas), necesito alguien para rendir cuentas y me gustaría que fueras tú. Lo único que tienes que hacer es preguntarme cada semana cómo me ha ido».
Lo ideal sería que uséis la app HabitShare (Android y iPhone). Es una app de seguimiento de hábitos que permite compartir con otros los que tú elijas. Tanto Jose como Dani la están usando conmigo 😉. No hace falta que compartáis los mismos hábitos. Tú puedes compartir el de «Recopilar una historia al día» y la otra persona el de «Hacer yoga».
En resumen:
- Márcate un hábito atómico de recopilar una historia con la frecuencia que puedas cumplir.
- Mantén la racha de logros.
- Nunca falles dos veces seguidas.
- Rinde cuentas con otras personas.
La diferencia entre movimiento y acción
James Clear en su libro «Hábitos atómicos» habla de la diferencia entre movimiento y acción.
Estar en movimiento nos hace sentir como si estuviéramos progresando sin la necesidad de tener el riesgo de fracasar. Si escuchas podcasts sobre productividad, estás adquiriendo conocimientos y tienes la sensación de que haces algo pero si no lo aplicas, no te sirve de mucho.
Tomar acción crea resultados. Aplicar lo aprendido en un podcast, libro o curso es tomar acción. Hay riesgo de que salga mal pero estamos en el buen camino.
Jose estuvo un tiempo en movimiento: hizo un curso de GarageBand para editar audio, buscaba la canción para su podcast, aprendía de webs… Pero hubo un momento que le dije que tenía que pasar a la acción y empezar a grabar episodios. Lo hizo y ya tiene cuatro episodios publicados en su podcast.
Leer un artículo sobre storytelling es estar en movimiento. Consolidar el hábito de recopilar historias es pasar a la acción.
Empieza hoy mismo el hábito atómico de recopilar una historia al día (o con la frecuencia que elijas).
Empieza hoy mismo con otro hábito atómico relacionado con uno de tus propósitos. Recuerda, empieza pequeño. El objetivo hasta que consolides el hábito es repetir. Mejor hacer poco, incluso algún día hacerlo mal que no hacerlo.
Te puede venir bien escuchar el episodio que grabé con Rick Téllez comentando el magnífico libro «Hábitos atómicos» de James Clear. Libro que me está cambiando la vida y espero que cambie la tuya 🙂
Y para inspirarte, te dejo la versión en canción de un famoso vídeo de Shia LaBeouf con un discurso flipado motivacional. Mi mujer cuando lo ha visto ha puesto cara de circunstancias, a mí en el estribillo se me ha puesto la piel de gallina 😂
Si quieres, puedes ver solo la versión original del vídeo flipado…
Cuéntame qué hábito has elegido empezar y cuéntame la evolución del mismo. Escribe un comentario o únete al grupo de Presentástico en Telegram y nos los cuentas ahí.
Latest posts by Carles Caño (see all)
- The Creative Act: A Way of Being, con Edu Burgoa - 21/09/2023
- Desata tu creatividad con creencias y rutinas efectivas #143 - 11/09/2023
- El viaje de la humanidad, con Sergio Parra #142 - 29/05/2023
Hola Carles! Un dia allá por 2003 quise tener mi propio blog. Como por lo general no soy constante me decidí a llevar un diario donde escribiría 1 página por día (1 carilla, unas 10 frases o 20 oraciones cortas). Al tiempo empecé a publicarlas y gestioné el hábito hasta que alcancé una relativa cantidad de visitas diarias. Llegué a escribir 4 de esos diarios íntimos y tuve el blog unos 4 años.. el último tiempo ya no lo necesitaba y cuando consideré que había cumplido el objetivo lo dejé como cápsula de tiempo volando en el espacio. La experiencia fue muy buena: conocí otras personas con intereses similares (escribir, leer, etc), gestioné agregadores de rss, manejé estadísticas del blog y le festejé sus respectivos cumpleaños, con interacciones a otros blogs como se estilaba también. Asi que doy fe del valor del hábito atómico!
Qué gran ejemplo, María. Al final se trata de hacer como la hormiguita: un poquito cada día
¿Has seguido aplicando los hábitos atómicos para otras cosas?
¡Gracias por comentar!
Releyendo mi comentario aclaro que quise decir «el último tiempo ya no lo necesitaba» al hábito de tener que escribir primero en papel: en esto encuentro el valor principal de adquirir la destreza pero a su vez la práctica necesaria para ser constantes. Respondiendo a tu pregunta estimado Carles, puedo decir con gran orgullo que mi papá siempre nos estimuló a mis hermanos y a mí a hacer cosas como ladrillos en una pared, poniendo uno por día: al final puedes ver la casa y parece increíble cuando sólo disponías de la facilidad de un ladrillo por vez. Un ejemplo práctico podría ser cuando aprendí a tocar la guitarra, que ahora la he dejado porque no soy buena :) en realidad me considero multiapasionada pero muy poco talentosa; quizás tiene que ver con la falta de disciplina y por eso me pareció muy interesante la parte de aplicarse un objetivo diario trazable con estas técnicas geniales; y recordé lo del diario como pretexto luego para el blog, aquél proyecto fue muy bueno. Hoy soy mamá de un bebé de casi 3 años y lo disfruto a la vez que intento como todos reinventarme en mi profesión, encuentro muy atractiva la digitalización de los procesos antaño tan lejano de ver, que nos ha implicado el confinamiento en áreas como el ejercicio de la abogacía, las capacitaciones, las asociaciones gremiales a las que pertenezco, etc. Básicamente la respuesta sería que con la aplicación necesaria todos podemos ser autodidactas de lo que querramos, en mi caso con el aprendizaje de los idiomas inglés y portugués (en 2015 viajamos a España, en mi familia varios tenemos la doble nacionalidad y me ha interesado aprender catalán aunque mis ancestros son de la zona de Zamora, Almeria/ Murcia.. pero le he fallado esta cuarentena a duolingo ;), en mi hobbie de reposteria y recientemente cocina, el de guitarra que conté antes (fui profesora de órgano electrónica y de danzas españolas de niña !), manejo de corel draw desde 0 u software de edición de videoclips con todo y renderización, y si luego recuerdo más cosas luego ampliaré. Sí quería dejar un consejo buenísimo que suma a todos los desarrollados con tanta claridad por tí como siempre lo haces en tu blog, y es uno que leí en el blog de Santiago Bilinkis, tecnólogo y educador argentino (www.bilinkis.com), el cual se llama «Riesgo y Recompensa» y justamente relacionado a la adquisición del hobbie de tocar la guitarra: refería al dicho «Out of sight, out of mind» y es que no podemos tener la guitarra guardada si queremos tocarla todos los días, algo de esto está desarrollado seguramente en el libro que comentas como «Make it easy/ Cue» (leí las descripciones de tapa de la versión en inglés). Finalmente no he relacionado públicamente el blog (por lo que lo pondré con mi página, sólo para que veas las cosas que allí inventé, pero sin que se publique en el comentario) como sí lo hago en twitter, por eso dejo aquí el twitter/millienarrow, donde ya nos seguimos! Y como yapa (no se si conocen allí esa palabra, es como un extra) aquí mi canal de youtube/mdeangeles, donde ha sobrevivido una canción que aprendí a tocar en la guitarra criolla, que llamamos a la q no es electroacústica, con relativa popularidad :D Saludos cordiales desde Argentina!
«Out of sight, out of mind». Me encanta. Súper consejo. Gracias, María
Hola, Carles,
Por fin me decido a escribir un comentario. Llevo años leyéndote de forma intermitente y este artículo me ha parecido muy motivador. Intentaré seguir tu consejo y a ver si este año, sí o sí, consigo mantener alguno de los hábitos que inicio cada año y que abandono al poco tiempo.
Como bien dices, el hecho de tener peques hace lo suyo y más ahora que tengo una de 6 meses y el mayor con 8 años. Aunque, siendo sincera, no les puedo hacer responsables de lo que yo no hago :-)
Me bajaré una app tracker y a ver qué pasa este año. Eso sí, el hábito que recuperé y no he dejado (aunque no todos los días he cumplido) ha sido el de leer. Como profe de lengua, hubo un momento en que me obligué a recuperarlo. Mejor perder media hora de sueño que no leer. Así de bruta soy.
Un saludo,
Alba.
Hola, Alba. Lo primero: ¡Felicidades por tu peque de 6 meses!
Leer es uno de mis hábitos desde pequeño. Con ese no me hace falta ninguna app de hábitos, supongo que te ocurre lo mismo.
Me alegro mucho de saber de ti. A ver cómo van esos hábitos nuevos. Si tienes dudas al respecto, pregúntame
Un abrazo,
Carles.