El otro día descubrí que una lata de un determinado refresco azucarado de limón contiene 42 gramos de azúcar. Inspirado por el momento estelar de Jamie Oliver, me decidí a hacer un pequeño vídeo para mostrar de forma concreta a qué equivale esa cantidad.
Si tuviera que dar una presentación sobre nutrición, podría escenificar lo que aparece en el vídeo anterior. El problema de hacerlo en directo es que si hay muchas personas en la audiencia, no apreciarían los detalles (cuántos terrones llevo, cuántos gramos indica la balanza…)
Así que en este caso, la opción de grabarlo en vídeo en casa y reproducirlo en la presentación es una buena solución para fomentar la concreción. De esta forma se fomenta el recuerdo a la vez que se evitan montajes aparatosos que pueden traer problemas en directo. También podría combinarse la reproducción del vídeo con el hecho de mostrar una caja de un kilo de terrones de azúcar, dejándola caer encima de una mesa, haciendo hincapié en que esa es la cantidad que nos metemos en el cuerpo si bebemos una lata al día de ese refresco durante 24 días.
Quiero que quedo claro que la tecnología multimedia no tiene por qué sustituir por completo las puestas en escena en una presentación. De hecho, creo que un buen momento estelar conlleva una escenificación en directo con objetos. Éstos ayudan a crear una atmósfera difícil de igualar con un vídeo.
Lo que quiero destacar es que, si no podemos o no nos atrevemos a poner en escena una determinada situación, podemos recurrir al vídeo y crear un efecto similar. Tenemos a nuestro alcance tecnología suficiente para crear este tipo de recursos multimedia. Usar solamente el ordenador para crear diapositivas repletas de listas de texto es desaprovechar completamente el concepto de tecnología multimedia.
Esta cita del fundador de Copyblogger debería hacernos reflexionar al respecto.
Como dije en su día, el vídeo protagoniza la comunicación cada vez más. Lo siento pero no sirve ninguna excusa del tipo «no sé cómo hacerlo». Hoy en día cualquier persona con un ordenador conectado a Internet que sepa buscar en Google puede aprender perfectamente cómo editar un vídeo de forma sencilla. Eso sí, hacen falta ganas de aprender y tiempo para practicar. Las excusas sobran.
Créditos
- Imagen de la luna tomada de la fotografía de wicho (Creative Commons Atribución, No comercial, Compartir igual)
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