Hace diez días os animé a hacer vuestra próxima presentación #sinPowerPoint.
Al final del artículo, me comprometí a no usar PowerPoint en la presentación que daría más adelante.
Ha llegado el día de la charla y no he usado diapositivas para la audiencia. Te pongo en contexto: cada octubre me piden que dé una charla a alumnos de segundo de bachillerato. Estos alumnos hacen un trabajo de investigación que preparan durante todo un año y tienen que presentarlo a finales de octubre.
Llevo seis años dando esta charla. He ido haciendo variaciones pero siempre usaba diapositivas para la audiencia. Más adelante reducí bastante el número de diapositivas pero seguía usándolas (puedes ver los vídeos, en catalán, de 2009, enero de 2010, diciembre de 2010 y 2012).
Con el reto #sinPowerPoint tenía que replantear la charla y buscar otros recursos. Tenía que pensar algo que me ayudara a mantener la atención de mi audiencia adolescente durante 45 minutos.
Decidí plantear dos dinámicas participativas, cosa que no había hecho antes en este tipo de charla. Una al principio y otra después de la mitad de la exposición, alternadas con algunas historias y explicaciones.
Dinámica 1: montar un taburete en miniatura
El primer punto que quería ilustrar era el triángulo retórico de Aristóteles. Pero antes de explicarlo he repartido tres palillos y un poco de plastilina para cada grupo de dos personas. Les he pedido que montaran un taburete en miniatura.
Primero, les he dicho que sólo usen un palillo para aguantar el taburete. Lógicamente no se sostenía en pie.
Segundo, les he dicho que usaran dos palillos. Tampoco se aguantaba.
Finalmente, han podido usar los tres palillos y todos los taburetes se han aguantado perfectamente.
Entonces les he hablado del triángulo retórico. Según Aristóteles, cualquier discurso persuasivo debía tener los siguientes tres elementos:
- Logos: la parte lógica y racional. Los datos que casi nunca faltan en la mayoría de presentaciones.
- Ethos: la parte del ponente. Su autoridad y credibilidad, su forma de actuar…
- Pathos: la parte emocional para conectar con la audiencia (historias, humor, participación…)
El taburete sólo se ha aguantado con las tres patas. Lo mismo ocurre con las presentaciones, deben contener estos tres elementos. El reto consiste en saber usar la dosis adecuada de cada uno en función de la audiencia y el contexto de la presentación.

Dinámica 2: tender folios con pinzas
El tercer punto de la charla trataba sobre el arte de sintetizar. Para ilustrarlo hemos hecho grupos de cuatro personas y cada uno ha empezado con los siguientes elementos:
- 1 folio A3
- 2 folios A4
- 2 metros de cordel
- 8 pinzas para tender la ropa
Uno de los folios A4 había que dividirlo en uno A5 y dos A6 (doblando y rompiendo). A continuación debían tender los folios con pinzas. La mayoría de grupos han usado las pinzas mínimas necesarias para sostener cada tipo de folio.
Después he comentado que cada folio es como una idea y que hay que usar los recursos mínimos para que se entienda. En eso consiste sintetizar. Nadie ha usado más de tres pinzas para un mismo folio.
Si quieres hacer esta dinámica, lee Una forma práctica de mostrar el concepto de simplicidad.
PowerPoint como teleprompter
Tengo que confesarte algo. En realidad sí que he usado diapositivas pero la audiencia no ha visto ni una. Las he usado para mí, como teleprompter para saber qué tenía que decir o hacer en cada momento. Ha sido una decisión de última hora. He preferido hacerlo así a tener un guión impreso.
En la siguiente foto verás que he puesto el portátil de forma estratégica para tenerlo en línea con la audiencia. Cada diapositiva tenía un título y un texto con tamaño grande indicando qué tocaba. Yo tenía un mando remoto para ir pasando las diapositivas de forma invisible para la audiencia.
Conclusiones del experimento #sinPowerPoint
Me ha gustado cambiar la forma en que daba esta charla al tener que prescindir de diapositivas para la audiencia. He tenido que centrarme en otros aspectos y he apostado por la participación. Se han creado momentos de cierto caos pero que reflejaban la «frenética» actividad de la sala.
Como puntos a mejorar, reconozco que costaba un poco volver al modo exposición después de una dinámica participativa. Pero luego volvían a estar atentos.
He combinado las dinámicas participativas con explicaciones, historias y ejemplos. He notado a la audiencia bastante atenta. Sólo ha decaído levemente la atención entre la primera y la segunda dinámica pero esto me había ocurrido otros años en la parte central de la exposición, a veces de forma más acusada.
El verdadero impacto de este experimento lo sabré en un par de semanas, cuando todos los alumnos y alumnas hayan hecho su exposición.
Me ha parecido una experiencia enriquecedora, que apela a la creatividad y a la confianza en que, después del caos, llega otro orden!
Genial, María. Comunicar a quemarropa, ese es el gran reto :-)
Me ha gustado la forma en como solucionas lo del «libreto» y me ha ayudado mucho (con ideas) ya que en mi práctica laboral no siempre voy a disponer de un proyector…. :)