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«Tengo que participar en un coloquio con más personas en el que daré una charla de diez minutos sin PowerPoint. Nunca he presentado sin PowerPoint y tengo miedo de olvidarme partes de mi discurso… Supongo que tendré que escribir lo que voy a decir y memorizarlo una y otra vez hasta que lo recuerde por completo, ¿no?»

Esta cuestión me la planteó recientemente una alumna de un curso de presentaciones. Es algo que me han comentado en más de una ocasión: «Lo lógico es memorizar todo lo que diré, ¿verdad?»

En absoluto.

Si memorizas tu discurso, te pones más presión sin ninguna necesidad. Tu cerebro empezará a pensar cosas negativas como: «¿Y si me olvido alguna parte? ¿Y si me quedo en blanco?». Es la mejor forma de aumentar tu inseguridad en vano. Por otro lado, cuando recites tu charla, perderás naturalidad.

Una buena estructura vale más que mil repeticiones

En vez de malgastar tiempo para escribir y memorizar tu discurso, dedícate a…

  1. Averiguar información sobre tu audiencia y sobre el lugar en el que hablarás.
  2. Crear una buena estructura en la que tengas bien claro cuál es el mensaje y cuáles son las ideas principales que lo sustentan.
  3. Buscar buenos recursos para ilustrar los puntos que quieres tratar: cifras, estudios científicos, historias, metáforas…

Cuando tengas la estructura de tu presentación, entonces podrás crear unas diapositivas de soporte visual si es necesario. Y si no quieres o no puedes usar programas como PowerPoint, puedes llevar por escrito los puntos principales de tu estructura, a modo de guión en una hoja tipo cuartilla o A5.

Si hablas desde un atril, podrás tener tu guión sin problema y echarle vistazos cuando haga falta. Lo mismo podrás hacer si estás sentado delante de una mesa.

Aún y así, a veces uno tiene que hablar «a pelo», sin diapositivas ni guiones impresos. En estos casos puedes recurrir a una técnica que usaba mi abuelo en uno de sus números de mago ilusionista.

Cómo recordar fácilmente la estructura de tu presentación

Supondremos que ya has hecho los deberes y tienes preparada una buena estructura para tu discurso. Lo importante es que recuerdes los puntos principales de esa estructura, no los detalles de cada punto.

Si conoces tu tema y lo ensayas, los detalles vendrán solos cuando introduzcas cada punto principal. Y si olvidas algún detalle no será grave porqué la estructura de tu charla estará intacta.

Llegados hasta este punto, ¿cómo puedes recordar el guión que has preparado? ¿Repitiéndolo una y otra vez? No exactamente. Cómo ya te he comentado, usarás una técnica de «mentalista».

Mago EzkuarinMi abuelo tenía un trabajo normal pero dedicaba parte de su tiempo al ilusionismo, una de sus pasiones. Hacía magia de salón con cartas, pañuelos, monedas… Y también hacía números de mentalismo. En uno de estos números, se ponía una venda en los ojos y escuchaba una a una las palabras que la gente del público iba diciendo. Un asistente iba anotándolas en una pizarra, debajo del número de orden correspondiente. Se anotaban treinta o más palabras que se habían dicho una sola vez.

Entonces mi abuelo, después de unos instantes de dramatismo, recitaba todas las palabras que se habían dicho. Primero en el orden original, luego en orden inverso y después pedía al público que eligiera un número y el decía la palabra que había escrita en esa posición.

¿Acaso mi abuelo tenía una memoria prodigiosa? No era el caso, él aplicaba la técnica del Palacio de la Memoria. Tú puedes usar esta misma técnica para memorizar las ideas principales de tu presentación.

Crea tu propio palacio de la memoria para recordar más y mejor

El palacio de la memoria no es más que un lugar que conoces muy bien y que puedes recordar con detalle: la vivienda en la que creciste, el lugar de trabajo en el que llevas varios años, la casa de verano…

La idea es sencilla, se trata de crear un recorrido para tu palacio y memorizarlo. Lo típico es empezar por la puerta de entrada y hacer un recorrido por toda la estancia (como si le enseñaras tu piso a unos amigos). Dedica tiempo a esta parte y memoriza bien el recorrido elegido.

Cuando tengas que recordar algo, ya sea un discurso, una lista de la compra o una lista de nombres de personas, tendrás que situar cada cosa a recordar o algo que te lo recuerde en una estancia de tu palacio de la memoria. Para ello, deberás seguir el orden del recorrido que memorizaste.

Por ejemplo, en su día tuve que aprender los códigos de colores de las resistencias eléctricas. Apliqué el palacio de la memoria para no olvidarlos jamás. Los códigos son los siguientes:

  • 0: negro
  • 1: marrón
  • 2: rojo
  • 3: naranja
  • 4: amarillo
  • 5: verde
  • 6: azul
  • 7: violeta
  • 8: gris
  • 9: blanco

Uno de mis palacios de la memoria es el piso en el que viví con mi familia hasta que me independicé. Veamos qué pongo en cada estancia para recordar esta lista de colores.

  • 0. Puerta de entrada. Me imagino a los dos protagonistas de la película «Men in black» flanqueando la puerta.
  • 1. Recibidor. Veo una gran mierda en el suelo. Disculpad la vulgaridad pero uno de los trucos está en buscar escenas un poco impactantes, ayudan a mantener mejor el recuerdo.
  • 2. Habitación 1: Está la mujer de rojo de la película de los años ochenta (soy de esa generación).
  • 3. Lavabo pequeño. Repleto de naranjas que salen por la puerta y dan al pasillo.
  • 4. Habitación 2: Un sol enorme ilumina toda la estancia.
  • 5. Lavabo grande. No se puede casi ni entrar por la cantidad de vegetación que contiene.
  • 6. Comedor. Contiene una piscina.
  • 7. Cocina. Repleta de violetas.
  • 8. Galería. Tiene un PC gris encima de la lavadora.
  • 9. Habitación 3. Están los robots del imperio de «La guerra de las galaxias» (basado en alucinaciones que tuve con las altas fiebres que tuve de muy pequeño).

Espero que este ejemplo te ayude a hacerte una idea sobre cómo usar un palacio de la memoria. Si te interesa el tema, te recomiendo que leas con atención el artículo de WikiHow: Cómo construir un palacio de la memoria. Verás que dentro de una misma estancia, puedes tener varios espacios en los que ubicar recuerdos (cama, mesilla, armario…).

Aplica el palacio de la memoria a tu presentación

Una vez hayas creado tu palacio de la memoria, puedes usarlo tantas veces como quieras para fines y cosas distintas.

Para memorizar el guión de tu discurso sitúa imágenes que se asocien a cada una de las partes principales en cada una de las estancias de tu palacio. Elige bien qué pones en cada estancia para que te evoque rápidamente el concepto que toque. Una vez lo hayas «rellenado» practica recuperando los conceptos de cada estancia. Ensaya usando esta técnica.

Como supondrás, la técnica del palacio de la memoria requiere un poco de práctica pero cuánto más lo uses, más fácil te será aplicarlo en situaciones distintas.

 

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