Dime si te suena esta historia…
En tu ámbito profesional o académico, las habilidades comunicativas son de gran importancia. Aparte de la comunicación escrita, toca hacer y recibir varias presentaciones al mes: formación interna, conferencias para congresos y eventos, presentaciones para clientes pero también para compañeros de trabajo…
Dicho con otras palabras, te toca hablar en público con cierta frecuencia (y eso incluye impartir formación).
El problema es que en los estudios reglados que hiciste no te enseñaron técnicas para presentar de forma eficaz. Esto crea una paradoja: esperan de ti que presentes o enseñes y que lo hagas bien a pesar de que no te dijeron cómo hacerlo. Esta paradoja crea tensión y estrés en muchas personas que lo pasan realmente mal cuando les mandan hablar en público.
Además, como tendemos a reproducir esquemas que hemos vivido, repetimos fórmulas ineficaces para comunicar de forma oral ideas. Si toda la vida te han soltado un rollo para enseñarte asignaturas, tu no vas a hacerlo distinto. Si las presentaciones de tu empresa son una retahíla de conceptos y diapositivas inundadas de texto, ¿por qué vas a dar la nota con otros planteamientos?
Todo esto nos lleva a un grave problema: La gran mayoría de las presentaciones no tienen alma, no conectan con la audiencia. Algunos de los síntomas de las presentaciones sin alma son: PowerPoints malos, exceso de datos, falta de componente emocional, nula o muy baja participación de la audiencia….
Para combatir este problema puedes plantear tus presentaciones como un viaje en el que…
1. El punto de partida siempre es un problema, inquietud o necesidad que tiene tu audiencia
No se trata de ti, ni de tu empresa o tu institución. Ni tampoco de los productos maravillosos que vendéis o los muchos premios que habéis recibido. No cometas el error de pensar que eres más importante que tu audiencia, sin ella no pintas absolutamente nada, por muy experto que seas. Debes tener en cuenta las inquietudes de la audiencia por encima de todas las cosas. Siempre. Por este motivo tendrás que averiguar cosas sobre ella, de la forma que sea. Párate a pensar si realmente sacas partido a la tecnología en pro de tu audiencia.
Si no detectas ningún problema, ¡créalo!
En vez de regurgitar a la audiencia los datos de tu tema, plantea un reto o un misterio relacionado con tus conceptos, crea expectación, genera curiosidad o lanza preguntas sin responder. Incluso los temas más aburridos pueden parecer interesantes de esta forma. Estos recursos crean una o más lagunas en la mente del receptor, el cual se incomoda al sufrir desconocimiento y siente interés repentino por resolver el problema planteado. Entonces el receptor presta más atención para descubrir la respuesta y que la laguna desaparezca. Si pica, hay que rascar.
2. El itinerario incluye las ideas clave que ayudan a resolver ese problema, inquietud o necesidad
Una vez tienes claro el origen (problema de la audiencia) y el destino (solución para la audiencia) tienes que llenar el vacío entre esos dos puntos. Crea un recorrido en el que te vas a detener en las ideas clave para mostrar esa solución a tu audiencia. Especial atención tendrás con el orden de esos puntos intermedios en los que te detendrás ya que, en las presentaciones, el orden de los factores sí altera el producto.
Cada idea clave será como una ciudad de paso que visitarás. Procura no visitar demasiadas ciudades o la audiencia se confundirá con tanto detalle. Lo ideal es visitar tres ideas principales antes de llegar al destino. En cada «ciudad» podrás visitar los «barrios» o argumentos más oportunos para apoyar tu idea clave.
3. El equipaje contiene recursos que amenizan y humanizan tu presentación
No somos robots. La lógica y la razón son importantes pero no deben ser los únicos recursos que nos llevemos de viaje. Si queremos presentaciones con alma tendremos que poner en la maleta historias, metáforas, dinámicas participativas, humor, toques personales, momentos estelares… Hoy en día la gente quiere aprender y también ser entretenida. Hay demasiados estímulos como para estar pendiente de algo que es frío y monótono.
La gente no te recordará por lo que les contaste, te recordará por lo que les hiciste sentir. Recuerda, hoy en día aburrir con una presentación es un crimen.
Créditos:
- Fotografía de globo aerostático de @notnixon (Creative Commons: Atribución, No comercial, Compartir igual)
- Fotografía del gato de fofurasfelinas con licencia Creative Commons Atribución-No comercial-Sin obra derivada.
- Esta entrada tiene una licencia Creative Commons: Atribución, No comercial, Compartir igual
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