Hoy quiero compartir con vosotros un ejemplo magnífico sobre cómo tener en cuenta las necesidades de la audiencia. En este caso nos trasladamos de los escenarios de las salas de actos a la consulta de una enfermera que atiende a personas con problemas de alimentación.
Su nombre es Susana y tuve la suerte de tenerla como alumna de un curso de presentaciones para personal sanitario. En la exposición que hizo el último día, aprendimos de ella que debemos adaptarnos a “nuestras audiencias” en cualquier ámbito, no sólo cuando hablamos en público.
En su presentación, Susana contó cómo tiene muy presente el contexto de las grandes urbes y qué aspectos pueden influir en una alimentación inadecuada. Una de sus mayores bazas es que se adapta a las circunstancias de sus pacientes. Les pide que traigan catálogos de los supermercados donde compran y les personaliza la dieta conversando con ellos, preguntando qué es lo que suelen comprar, desaconsejando según que productos y marcando con un rotulador aquellos que deben comprar para seguir la dieta.
Os transcribo a continuación un fragmento de la charla que dio.
Poder disfrutar de la comida sin descuidar la salud es un reto personal y profesional. […] A veces me he encontrado en la consulta con mucha gente que cuando le dices que vamos a ordenar sus comidas, que más o menos podrá comer de todo, que el fin de semana va a ser un poco más libre… y le das estos mensajes positivos, se me ponen a llorar: ¿Pero de verdad que no voy a pasar hambre, que no lo voy a pasar mal?
Creo que hasta ahora hemos sido muy castrantes. La mayoría de la gente come por ansiedad y lo que hacemos cuando vienen a la consulta es decidir que le limitamos a una dieta de unas calorías con un papel de cosas que a lo mejor la mitad ni le gustan. Es deprimente. Por eso es interesante incorporar nuevas herramientas adaptadas a la sociedad en que vivimos.
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En la consulta nunca doy un papel, siempre explico la dieta con un catálogo de alimentación. Normalmente les pido que traigan catálogos de los supermercados donde ellos van, porque también se adapta más a su nivel económico. También es importante conocer los mercados, supermercados y pequeños comercios con sus horarios de la zona donde trabajamos. Se me ocurrió lo de los catálogos y luego la gente me traía de otros sitios como Veritas, más de productos ecológicos o de otros sitios con especias…
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También hay que dedicar un rato para charlar. Les pregunto con quién comen, su actividad familiar, su trabajo… Y pregunto, ¿y por qué crees que comes tanto? Y allí sale de todo.
Me parece una iniciativa genial. Demasiadas veces sufrimos planteamientos rígidos y estrictos que no tienen en cuenta las circunstancias de las personas a las que van dirigidos.
¿Por qué nos cuesta tanto tener en cuenta a los demás? ¿Por qué nos cuesta horrores preguntar, escuchar con atención y proponer soluciones adaptadas?
Hay una cita muy famosa de Charles Darwin que publicó en “El origen de las especies” que dice así:
“Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio.”
Permitidme hacer una pequeña variación, adaptada en este caso al hecho de hablar en público:
“Los ponentes que sobreviven no son los que usan PowerPoint, ni los que abruman con datos, ni los más inteligentes; sino aquellos que se adaptan mejor a su audiencia.”
Anda, también yo preparé y di cursos de presentaciones para personal sanitario