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Imagina que estás en un congreso importante de tu sector profesional. Allí conoces a un emprendedor apasionado que empieza a hablarte de su producto. Mientras te suelta su discurso del ascensor saca de su maletín un iPad y un proyector multimedia que cabe en la palma de su mano. Los conecta, ejecuta Keynote y apunta el picoproyector hacia la columna más cercana. Tú estás realmente impresionado por la facilidad y rapidez con que lo ha montado todo.
Tienes grandes expectativas sobre lo que te va a mostrar. De momento, sólo ves proyectada la portada de su presentación. El improvisado presentador toca la pantalla de su iPad y aparece una diapositiva repleta de texto. Te suelta un rollo muy parecido a lo que sale en su diapositiva y pasa a la siguiente: más listas de texto. Él sigue con su perorata y cuando va por la tercera diapositiva, finges que tu móvil está vibrando y que tienes una llamada, empiezas una supuesta conversación con tu jefe mientras te alejas rápidamente del emprendedor, de su tinglado tecnológico y sobre todo de su «PobrePoint«.
La cuestión es, ¿para qué tantos cacharros tecnológicos de última generación si vamos a mostrar las mismas diapositivas abarrotadas de texto de siempre?
Si utilizas un picoproyector, un iPad o algún otro tablet para hacer una presentación «en petit comité», lo mínimo que puedes hacer es crear unas diapositivas muy visuales, con el texto mínimo y con altas dosis de imágenes y vídeo.
Nancy Duarte predijo en Four Presentation Predictions for 2011 que la eclosión de los tablets condicionarán nuestras futuras presentaciones. Con estos dispositivos será posible hacer presentaciones en las que los clientes se sumerjan en abundantes contenidos multimedia. Uno de los recursos más usados serán breves clips de vídeo para que los clientes capten rápidamente las ideas que queramos comunicar.
Se trata pues de sumergir a los clientes en abundantes contenidos multimedia, y no de ahogarlos con abundantes párrafos de texto. Además, las presentaciones «en petit comité» en algunos casos pueden dar rienda a algo de informalidad que amenice los contenidos. Imagina que nuestro emprendedor quiere hablar de lo cara que es la competencia de su producto. Puede usar un iPad y dejarlo así:
O puede escenificar con otra persona un atraco a mano armada, con una simple imagen y un poco de imaginación.
¿Tú, cuál preferirías como espectador?
Créditos:
- Fotografía de iPad modificada a partir de foto original de griffintech.
- Fotografía de atraco con un iPad de jmpk.
- Esta entrada tiene una licencia Creative Commons de Atribución-No comercial-Compartir igual.
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