Destilar la información

En la mayoría de las presentaciones se dan los siguientes problemas:

  1. Los ponentes tienden a bombardear a las audiencias con un exceso de información.
  2. Las audiencias retienen poca información de lo que escuchan y ven.

En el segundo caso, no se puede hacer mucho al respecto ya que la capacidad del cerebro humano para procesar información por unidad de tiempo es limitada. Además, el aprendizaje de las personas no consiste en almacenar la información que recibimos cual grabadora de datos. El aprendizaje es un proceso activo en el que nos esforzamos en darle sentido a la información recibida. Si nos empiezan a dar un montón de detalles pero no tenemos clara la idea general que quieren ilustrar, nos cuesta mucho más procesar, entender y retener el material presentado. Por eso es tan importante estructurar bien una presentación y tener muy clara cuál es la idea principal a transmitir.

En cuanto al primer caso, como ponentes, podemos mejorar este aspecto evitando el exceso de datos en nuestras charlas. La primera pregunta que uno debe hacerse cuando empieza a preparar una presentación es: ¿Cuál es la idea principal que quiero contar? Dicho de otro modo: si sólo me dejaran explicar una cosa, ¿qué es lo que diría? Una vez que hayamos encontrado respuesta a estas preguntas podremos empezar a estructurar la presentación, eligiendo los tres o cuatro puntos principales que demuestren o hablen de esa idea principal (ver ejemplo de Olivia Mitchell, en inglés).

Existen varios métodos para destilar la esencia de una presentación, uno de los más conocidos consiste en redactar el discurso del ascensor: resume tu presentación en uno o dos minutos. Podéis encontrar detalles y consejos al respecto en El discurso del ascensor: convénceme para que asista a tu charla, que escribí en PresentArte.

Más conciso todavía: los ‘loglines’ del mundo del cine

Los profesionales del séptimo arte son aún más radicales y utilizan un logline para describir en una sola frase, con un máximo de 27 palabras, la idea básica de una película. Es la versión escrita reducida de lo que se le dice a la gente que pregunta: «¿De qué va tu película?»

Algunas veces estos ‘loglines‘ hacen referencia a películas anteriores. Por ejemplo, la película Speed se definió como ‘La jungla de cristal’ en un autobús, mientras que Alien se definió como ‘Tiburón’ en una nave espacial. Existen incluso páginas web que generan de forma aleatoria loglines de supuestas películas aún por escribir. Un ejemplo divertido es Random Logline Generator.

En el artículo en inglés The most important 27 words a screenwriter will ever write hay algunos consejos a tener en cuenta cuando se quiere escribir uno de estos loglines, incluídos los elementos que deberían aparecer: ¿quién es el héroe?, ¿qué punto flaco tiene?, ¿cuál es el conflicto?, ¿qué hay en juego?, etc. Todas estas cuestiones son totalmente aplicables a una presentación. Como dice Nancy Duarte en su último libro (Resonate): la audiencia es el héroe.

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Créditos:

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