¿Por qué aguantamos las películas malas hasta el final? ¿Por qué hay profesores que mantienen la atención de sus alumnos durante toda la clase? ¿Por qué hacemos clic a enlaces de ciertos tweets de forma impulsiva? Pero sobre todo… ¿por qué sigues leyendo este texto? :-)
Dicen que la curiosidad mató al gato y que es la cura contra el aburrimiento. Cuando alguien nos plantea un enigma o nos muestra un titular intrigante sentimos la necesidad de querer desvelar el misterio, o de leer la noticia que nos picó la curiosidad.
Crea lagunas en las mentes de la audiencia
En vez de regurgitar a la audiencia los datos de tu tema, plantea un reto o un misterio relacionado con tus conceptos, crea expectación, genera curiosidad o lanza preguntas sin responder. Incluso los temas más aburridos pueden parecer interesantes de esta forma. Estos recursos crean una o más lagunas en la mente del receptor, el cual se incomoda al sufrir desconocimiento y siente interés repentino por resolver el problema planteado. Entonces el receptor presta más atención para descubrir la respuesta y que la laguna desaparezca. Si pica, hay que rascar.
Esta técnica se utiliza ampliamente en guiones de cine, radio y televisión, en revistas y en sitios web. Fíjate en el resumen de la siguiente noticia, es difícil evitar la tentación de querer averiguar lo que se comió la pasajera de la noticia.
No mates la curiosidad, haz preguntas
Voltaire decía que el secreto para aburrir a la gente consiste en decirlo todo. Evita el planteamiento típico de enunciar todos tus datos y haz preguntas relevantes de vez en cuando o al principio de uno de tus puntos. Después de hacer una pregunta, haz una pausa para que la audiencia tenga tiempo de responderla (aunque sea interiormente).
Un ejemplo que ilustra este enfoque lo leí en el libro Why don’t students like school?, de Daniel T. Willingham. Cito traducido el párrafo en cuestión:
Un profesor invitado de Biología pidió a los alumnos que pensaran cuál fue la primera cosa que vieron en su vida. Los estudiantes reflexionaron acerca de la pregunta y generaron conjeturas como «El médico que me ayudó a salir», «Mi madre», etc. El invitado dijo entonces «En realidad, la primera cosa que visteis cada uno de vosotros fue la misma. Era una luz rosada y difusa que venía del ombligo de vuestra madre. Hoy hablaremos sobre cómo esa primera experiencia afectó al desarrollo de vuestro sistema visual, y cómo en la actualidad sigue influyendo en el modo en que veis».
Con este enfoque, el profesor invitado captó la atención de los alumnos y los dejó con ganas de escuchar más acerca del tema de la lección.
En resumen, para hacer tu comunicación más efectiva debes cambiar tu planteamiento de «¿Qué información debo transmitir?» a «¿Qué preguntas quiero que se haga mi audiencia?«.
Referencias:
- Better beginnings, de Carmen Taran (Rexi Media 2008).
- Made to Stick, de Chip Heath y Dan Heath (Random House 2008).
- Why don’t students like school?, de Daniel T. Willingham (John Wiley & Sons 2009).
Entradas relacionadas:
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- La cura contra el aburrimiento…
Créditos:
- Imagen de puerta entreabierta modificada a partir de la fotografía de melrick.
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