
Si para difundir tus ideas te limitas a apelar a la parte racional de las personas es probable que te quedes a medio camino y no logres obtener el impacto deseado. La parte lógica y racional es necesaria pero no suficiente. Para lograr que tus ideas calen en mentes ajenas debes apelar a la parte emocional de las personas.
Así que, la próxima vez que prepares una presentación piensa en cómo apelar a la parte emocional de las personas. ¿Cómo puedes lograr que lo que explicas les afecte emocionalmente?
A modo de ejemplo, supongamos que tenemos que concienciar sobre el aumento de la contaminación del aire en las grandes ciudades. La opción racional sería dar cifras, datos y gráficos que mostraran las diferencias entre zonas más rurales y grandes núcleos urbanos. Seguramente las cifras mostrarían diferencias notables entre unos presentaciones casos y otros. El problema con dar cifras es que a menudo nos cuesta hacernos una idea concreta de su significado y nos dejan más bien indiferentes. Si te dicen que la ciudad donde vives tiene el aire tres veces más contaminado que cierto pueblo te haces una idea del asunto pero no te afecta demasiado.
Para suscitar emociones en la audiencia y que les importe de verdad el tema de la contaminación sería mejor explicar que existen equipos que captan el volumen de partículas de suspensión del aire. Estos equipos aspiran el aire por una especie de chimenea y hacen pasar dicho aire por un filtro que recoge todas las partículas en suspensión que hay en un sitio determinado durante 24 horas.
Aspirador e interior del captador de aire de partículas en suspensión.
A continuación podríamos mostrar el filtro resultante de captar el aire en una población rural como Sort y explicar que cuanto más oscuro está el filtro, más contaminación hay en el sitio donde se captó el aire. Entonces enseñaríamos filtros de otras poblaciones como Lleida, Arboç del Penedès o Hospitalet de Llobregat y dejaríamos que las imágenes hablaran por sí solas.
Os aseguro que he oído y leído muchas veces que en la zona metropolitana de Barcelona tenemos unos índices de contaminación superiores a los que aconseja la Unión Europea. Hasta que no vi la última foto, hace unos días, no me planteé por primera vez que quizá sería buena idea mudarse a una zona más rural y con el aire más puro.
El filtro del Hospitalet de Llobregat no deja indiferente y suscita emociones de preocupación, asombro, indignación y hasta aprensión. Si mostráramos estas imágenes a una audiencia probablemente escucharían con mucha más atención todo lo que dijéramos a continuación.
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Créditos
- Fotografías del captador de aire y de los filtros de Ramon Baylina, Conxi Ciurana y Carles Gómez (Metereologia del Pallars).
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