En las olimpiadas de México 68, el saltador de altura Dick Fosbury hizo algo jamás visto: saltar de espaldas. Hasta entonces todas las técnicas de esta competición se basaban en saltar siempre de cara. El mundo entero vio entonces por primera vez el “Salto Fosbury”. Con su técnica heterodoxa, este atleta estadounidense ganó la medalla de oro y estableció un nuevo récord olímpico.
Años antes, cuando el joven Dick practicaba su salto de espaldas en el instituto, sus compañeros se reían de él y decían que era un chiflado. Tuvo que ganar unas olimpiadas para que le consideraran un héroe. Hoy en día el “Salto Fosbury” es la técnica de salto de altura más utilizada entre los deportistas de élite.
El “Salto Fosbury” no fue posible hasta que no se introdujeron las colchonetas de caída para salto de altura. Durante décadas los atletas saltaban de cara para poder aterrizar de forma segura en tierra. Saltar de espaldas era entonces algo impensable, nadie quería romperse el cuello de forma absurda.
PowerPoint realmente malo
En el año 2001, el autor y experto en marketing Seth Godin publicó “Really bad PowerPoint”, donde denunciaba el mal uso que se hacía de PowerPoint para hacer presentaciones. Hasta entonces las presentaciones que usaban esta herramienta contenían enormes cantidades de texto y carecían de conexión emocional con la audiencia. En su manifiesto, Godin aconsejaba usar muy poco texto en cada diapositiva y utilizar imágenes o fotografías de calidad, entre otras cosas.
Cuando apareció la primera versión de PowerPoint, en el año 1987, era normal que el texto predominara y que hubiera poca carga visual debido a las limitaciones de los ordenadores de la época. Pero hace años que el mundo de las presentaciones tiene su colchoneta para no romperse el cuello: los ordenadores tienen más capacidades gráficas y el acceso a imágenes de calidad es cada vez más asequible.
Seth Godin, Cliff Atkinson, Garr Reynolds o Nancy Duarte son algunos de los “Dick Fosburys de las presentaciones”, que nos han mostrado el camino a seguir para conectar con la audiencia y transferir emoción, además de información. Gracias a ellos el día en que las malas presentaciones sean la excepción está cada día más cerca.
Enlaces relacionados
- PowerPoint realmente malo – Traducción de “Really bad PowerPoint“
- Libro indispensable: Beyond Bullet Points – Reseña sobre el famoso libro de Cliff Atkinson.
- Presentation Zen: el libro que cambiará tu forma de hacer presentaciones – Reseña del primer libro de presentaciones de Garr Reynolds.
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Hola Carlos!Gracias por los contenidos, estoy aprendiendo mucho.
Al hilo de este post me surge una pregunta. Estoy preparando la presentación para la lectura de mi tesis doctoral y me gustaría seguir tus consejos y cambiar el modo en que suelen hacerse (tostón y mucho texto), ¿crees que es un ámbito en el que puedo optar por emocionar, o me aconsejas q siga a mis predecesores? (al escribir ya encuentro la respuesta, pero me encantaría que me dieras el empujón).
Un saludo y espero que sigas ayudándonos por mucho tiempo