Hace tres años hice una presentación a alumnos de 1º de FP Informática. La idea partió de una conversación tomando café con dos profesores más, Joan y Estanis. Queríamos animar a los alumnos a que crearan sus propios blogs y fueran publicando lo que aprendían en nuestro centro.
Llegó el día de la presentación y no había preparado nada. Mi nueva vida de padre me trastocó un poco y dejaba las cosas para última hora. Recuerdo que era un miércoles y que tenía una hora para preparar la charla. Tenía a mi favor mi experiencia con los blogs desde hacia cinco años y mis tablas para hablar en público.
Dediqué esos sesenta minutos a pensar el mensaje y la estructura de la charla. Usé mi forma favorita de estructurar presentaciones: una estructura piramidal basada en el método Beyond Bullet Points, de Cliff Atkinson. No encendí el ordenador, usé rotulador de punta fina, una hoja A4 y notas adhesivas pequeñas. Decidí el mensaje: «Crea tu propio blog sobre algo que te apasione», monté la estructura en tres grandes bloques, anoté los recursos que usaría en cada parte y acabé añadiendo un final algo inspirador. Cuando terminé, me llevé la hoja con las notas adhesivas escritas y salí corriendo hacia la estación de metro.
El poco tiempo que tuve lo dediqué a estructurar mi charla y a decidir los recursos que usaría, principalmente historias y ejemplos vividos en primera persona. Una vez allí, hice un montaje especial para usar mi iPad como pizarra digital y poder grabar la voz e imagen de lo que hacía con él. Entonces me dio muy fuerte por grabar mis clases y charlas. Pero podría haber prescindido del iPad y apuntarlo todo en una pizarra convencional.
Usé por tanto proyector multimedia, un iPad y un ordenador. Mostré un par de vídeos de presentástico y usé Socrative para hacer participar a los alumnos justo al principio de la charla.
No usé PowerPoint ni ningún otro programa de diapositivas.
Los alumnos, que yo no conocía, estuvieron atentos los treinta y cinco minutos que duró mi exposición. Hicieron preguntas y más tarde me enteré por Joan, el tutor, que había gustado. Algunos incluso se animaron a crear su primer blog.
Por cierto, incluyo el vídeo con el audio de la charla y la grabación de las pantallas del ordenador y el iPad. Está en catalán pero si pasas el cabezal de reproducción rápido, verás que no hay ni una diapositiva.
Con sólo una hora me hubiera sido casi imposible preparar unas diapositivas decentes con una buena estructura. Me centré en lo más importante: la audiencia, el mensaje y la estructura. Me gusta explicar esta historia porque la restricción de tiempo tan grande que tuve me obligó a desechar lo secundario, como el uso de PowerPoint.
El PowerPoint es lo de menos
Creo que usar diapositivas adecuadamente puede aportar valor a muchas presentaciones. Pero también creo que se pueden hacer buenas exposiciones sin este tipo de recursos. Y que es conveniente hacerlo de vez en cuando, aunque sea como ejercicio, para ver los cambios que se producen.
En mis inicios usaba siempre PowerPoint con muchas diapositivas. Eran visuales y poco cargadas así que daban dinamismo y no se hacían pesadas. Pero me sentía encorsetado hasta cierto punto. En una de las charlas que di, alguien me preguntó una cosa y minimicé PowerPoint para explicar la respuesta con otro programa del ordenador. Entonces empecé a improvisar y a añadir toques de humor. Recuerdo que la audiencia reaccionó muy bien. La gente se reía y estaba relajada. Entonces pensé: no puede ser que las diapositivas me encorseten tanto. A partir de entonces, empecé a reducir la cantidad de diapositivas hasta que acabé dando charlas sin PowerPoint o programas similares.
Reto #sinPowerPoint: usa lo que quieras menos diapositivas
Si eres de los que siempre usa diapositivas en las presentaciones, te propongo este reto: en tu próxima presentación no puedes usar PowerPoint, Keynote, Libre Office Impress o cualquier otro programa de diapositivas.
El tiempo que normalmente usarías para diseñar las diapositivas puedes dedicarlo a…
- Investigar a tu audiencia, por ejemplo creando cuestionarios para que respondan y te den información útil.
- Buscar un buen mensaje.
- Tener en cuenta los deseos, miedos y necesidades de la audiencia.
- Preparar una estructura adecuada.
- Elegir recursos, no sólo lógicos sino también emocionales (historias, metáforas, humor…).
- Pensar formas de hacer participar a la audiencia (por ejemplo con dinámicas participativas).
Si lo haces, te animo a que lo compartas en Twitter con el hashtag #sinPowerPoint:
- Cuéntanos aspectos sobre la preparación.
- Envía un tuit justo antes de empezar tu charla.
- Pide a alguien que te haga una fotografía durante la exposición y que la suba con el hashtag mencionado.
- Explica tus sensaciones una vez hayas terminado…
También puedes contar tu experiencia #sinPowerpoint dejando un comentario en esta entrada o escribiendo un mensaje de correo electrónico a carlescv (a_r_r_o_b_a) presentastico.com
Para predicar con el ejemplo, me apunto al reto #sinPowerPoint para la próxima presentación que daré el 19 de octubre de 2015.
¿Y tú, también te apuntas?
Te animo a que compartas esta entrada con tus contactos, seguidores o amigos para animarles también a participar en el reto. ¡Gracias!
Latest posts by Carles Caño (see all)
- The Creative Act: A Way of Being, con Edu Burgoa #144 - 21/09/2023
- Desata tu creatividad con creencias y rutinas efectivas #143 - 11/09/2023
- El viaje de la humanidad, con Sergio Parra #142 - 29/05/2023
No usar diapositivas es el último paso en el camino de Presentación Zen. Implica desarrollar al máximo la confianza en ti mismo y la necesidad de tener estructurada la presentación y el mensaje en tu mente.
ES ADICTIVO…
Gracias, Ludo. El artículo está inspirado en gran parte por lo que dijiste en el quinto episodio de zetatesters :)
Hola, Carles!! Aplaudo este post! Yo pienso que el powepoint la mayoría de veces estorba más que ayuda, y además no nos permite crecer como oradores / profesores / cualquier otra ocupación que necesite de las presentaciones. Ya contarás qué tal ha ido el 19 de octubre ;) Saludos!
Gracias, Irene.
Efectivamente, prescindir de PowerPoint nos permite canalizar la energía hacia otras cosas. A ver qué tal va :)
Conozco un profesor que dice que es imposible enseñar bioquímica sin power point… Debo decir que llevo 6 años enseñando «sin diapositivas» y mis ex-alumnos me escriben todo el rato que hice un buen trabajo y que me lo agradecen. No seré el mejor ponente del mundo, pero amo lo que hago, y creo que eso es más importante.
Gracias por tu aportación. Para mí, PowerPoint es cada vez más prescindible. Seguro que hay ocasiones en las que vale realmente la pena… Pero muchas veces se usa como carencia de otros aspectos: amenizar con historias, usar el humor, hacer participar activamente a la gente…