Esta es la segunda parte de la entrevista que hice a Jose Hermida, experto en comunicación humana. Hay partes de la conversación telefónica que no he transcrito para reducir la extensión del texto. Espero probar en el futuro otros formatos como el vídeo o el audio que no me obliguen a quitar cosas para que no queden entradas excesivamente largas.
Espero que os guste. La primera parte de la entrevista la podéis leer en esta entrada.
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¿Es conveniente enseñar comunicación no verbal en la escuela?
Carles Caño: Como profesor de secundaria veo que tenemos carencias importantes en algunos aspectos en nuestro sistema educativo. Por ejemplo, no trabajamos tanto el hecho de hablar en público como hacen en otros países (como el “Show and Tell” que hacen desde pequeños en EEUU). Otra gran carencia educativa tiene que ver con la comunicación no verbal. En ese sentido, ¿crees que deberían enseñarse esos aspectos de comunicación no verbal en la escuela? En caso afirmativo, ¿a partir de qué edad o de qué nivel?
Jose Hermida: Nunca me lo he planteado. Me inquieta que una mente juvenil, sin experiencia, tenga que adentrarse en la suspicacia de los metamensajes. Me explico, la comunicación no verbal se basa en que hay mensajes subyacentes a los mensajes que se están enviando y que, de forma inconsciente, una parte considerable de esos mensajes no quiere ser emitida; es decir, está siendo ocultada por la persona que habla. Esto sería como decirle a los niños “desconfía de la sociedad, desconfía de tu interlocutor, desconfía del universo”.
Creo que lo más razonable es que se habitúe al niño a que se haga la idea de que tiene derecho a expresarse en público y que tiene la suficiente importancia como para que lo que pasa por su cabeza pueda ser compartido con los demás.
Con respecto a por qué en un país como España tenemos esta timidez, este temor a la hora de hablar en público, viene en parte porque tiene un sentido práctico y en el área católica solamente se adjudica valor tradicionalmente a aquello que no se comprende. Lo práctico no tiene valor; lo práctico es artesano, ignorante… Ese es el prejuicio que existe acerca de la comunicación. Fíjate que es a partir de Lutero cuando se traduce la Biblia en las lenguas de cada región porque antes estaba en latín precisamente para que no se entendiese.
Carles Caño: Cuando te he planteado lo de enseñar comunicación no verbal en la escuela me refería a que, además de la formación científica, literaria… que es muy necesaria; quizá debería haber también una formación vital. Por ejemplo, como gestionar las emociones, que en algunos sitios empiezan a trabajar con la educación emocional. En ese sentido, creo que alguna base sobre comunicación no verbal podría ser muy útil para evitar años de prueba y error con el trato con otras personas. Me refiero a una de las ideas principales de «Hablar sin palabras» que es: analiza las señales que emiten los demás pero controla las propias que tú emites.
Jose Hermida: He entendido que te referías a educación infantil, como mencionaste lo de mostrar el juguete y a hablar del juguete en el “show and tell”, pensaba que te referías a niños pequeños. Por eso te he dicho que a esa edad tan temprana, posicionar una idea de desconfianza hacia los interlocutores no me parece oportuno. Ahora, si estamos hablando de chicos y chicas de 15 o 16 años, me parece la cosa más razonable del mundo porque está vinculado con la autoestima.
Aprendizaje activo
Carles Caño: Exacto. Por ejemplo, creo que se podría explicar a los adolescentes el concepto de la ventana de Johari, que es muy potente. Evidentemente con ejemplos familiares y de una forma comprensible. ¿Crees entonces que les podríamos enseñar a analizar las señales ajenas y a controlar las suyas?
Jose Hermida: Lo más razonable es que lo aprendieran no de forma teórica sino a través de una dinámica práctica. Existen ejercicios varios para trabajar estos conceptos de forma activa. Habitualmente, la enseñanza funciona de la siguiente manera: el profesor presenta la teoría, muestra unas cuantas diapositivas y luego se hace una dinámica para demostrar que el profesor tenía razón cuando explicó la teoría. Yo soy absolutamente partidario de hacerlo al revés.
Evidentemente, todo el mundo debe conocer el mapa del territorio que va a atravesar en compañía del guía que es el formador. Todo el mundo tiene que conocer cuáles son los objetivos y cuáles son los beneficios que va a obtener de lo que va a hacer porque eso es lo que va a estimular su interés. Ahora bien, en una materia desconocida para los usuarios, saben que van a poder obtener algún beneficio pero no saben en qué consiste, y entonces se les explica teoría, les entrará por un oído y les saldrá por el otro. Sin embargo, si se empieza haciendo un ejercicio práctico sobre la ventana de Johari y pueden identificar en ese instante que hay lagunas entre lo que yo imagino que es y la realidad, entonces sus mentes se abrirán para adquirir más conocimiento.
El poder de la actitud
Carles Caño: En «Hablar sin palabras» explicas las cuatro fases de cualquier proceso de aprendizaje. Empezamos en la ignorancia inconsciente (no sabemos exactamente lo que hay que aprender), pasamos a la ignorancia consciente (sabemos qué hay que aprender pero requiere un notable esfuerzo de concentración), llegamos al conocimiento consciente (adquirimos cierta soltura y ganamos confianza) hasta llegar al conocimiento inconsciente (los actos se llevan a cabo sin pensar, de forma automática). En tu caso, ¿cuando pasaste del estado de ignorancia inconsciente al de ignorancia consciente respecto al control de tu propia comunicación no verbal?
Jose Hermida: Mi maestro occidental fue Hayakawa, un psicólogo estadounidense descendiente de inmigrantes japoneses. Habrás comprobado que el libro «Hablar sin palabras» lo hago pivotar sobre relaciones de dominación y sumisión, es decir sobre el teatro cotidiano. Hayakawa tiene un libro que se llama “Símbolo, estatus y personalidad”, que fue el que me abrió los ojos. Me pareció muy interesante cuando él hablaba de la actitud de los negros en EEUU. Hay que tener en cuenta que este libro es de finales de los años 50, cuando la segregación racial era el pan de cada día. Él decía: «No es exclusivamente la opresión de los blancos, sino la actitud de sumisión de los negros, la que propicia en mayor medida la discriminación racial». De hecho, cuando Rosa Parks se negó a levantarse de su asiento en aquel autobús de Alabama, fue cuando empezó realmente el fin de la discriminación racial. Pero no empezó con un discurso intelectual, ni con apoyos del gobiernos o con fondos de fundaciones… Empezó porque una mujer se negó a abandonar un asiento porque era un ser humano. Entonces me dije: “¡Qué poder tan grande tiene la actitud!” y ahí empezó todo.
En resumidas cuentas, si yo tengo la actitud de esa mujer porque tengo la convicción de que lo que estoy haciendo es lo correcto, todo mi cuerpo emitirá las señales oportunas y adecuadas para transmitir el mensaje, la emoción, el carácter y la credibilidad de lo que estoy haciendo.
***
La semana que viene publicaré la tercera y última parte de esta entrevista, en la que Jose Hermida nos hablará sobre cómo averiguar la fase de aprendizaje en la que estamos respecto la comunicación no verbal, sobre el gran poder que tiene la mirada y también nos avanzará algunos detalles sobre su próximo e inminente libro sobre superación personal.
Créditos:
- Fotografía de estudiantes atentos en clase de bc-burnslibrary (Creative Commons Atribución, No comercial, Sin obra derivada).
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Descubrí hace tiempo este blog y lo revisito de vez en cuando para ver lo que se va publicando. Me gusta y ya lo he recomendado a alguna persona.
También me compré el libro de J. Hermida estas navidades y no me disgustó.
Sin embargo, en el libro noté un cierto sesgo, normal, dado que lo que expone en él es su vida, su arte. Pero no me emocionó, la verdad.
Hoy he leído la siguiente frase, «en el área católica solamente se adjudica valor tradicionalmente a aquello que no se comprende […]. Fíjate que es a partir de Lutero cuando se traduce la Biblia en las lenguas de cada región porque antes estaba en latín precisamente para que no se entendiese.»
Es una pena que una persona que se dedica a comunicar, hable de cosas que parece no entender.
En primer lugar, la Biblia estaba en latín porque era el lenguaje universal y culto de aquel entonces. No hacía falta traducirla porque todas las personas que sabían leer sabían latín. Aparte del hecho de que fue la Iglesia la que fundó las primeras universidades, después de siglos en los que el único sitio donde se podía acceder al saber, donde se estudiaba y se conservaba era en los monasterios. No hay que olvidar, además, que antes de Lutero no se había extendido la imprenta y las copias se hacían a mano.
El latín era el lenguaje universal, como lo es el inglés ahora.Es la misma razón de porqué los artículos científicos es publican en inglés ¿quieren dificultar el acceso a ellos a los países menos desarrollados? No, es una cuestión de eficiencia. No se puede publicar un artículo en 8 idiomas para que lo puedan leer 7 personas más en todo el mundo. Si quieres leer artículos científicos, no sólo tienes que aprender ciencia, también tienes que aprender inglés.
La reforma de Lutero coincidió con la expansión de la imprenta y el fin de llevar la Biblia a todo el mundo no era el de expandir su conocimiento (para ello, siempre se puede ir al cura y preguntar), sino para que cada uno de sus lectores la pudiese interpretar y convertirse, así, en su propio juez, relativizando todo lo escrito a una opinión personal.
«El ámbito católico» ha dado mucha importancia siempre tanto a ser capaces de entender lo que nos rodea (la primera definición de «impetus» la dió un dominico burgalés, las manchas solares que tiraban por Tierra las teorías Aristotélicas las descubrieron los jesuitas…), como las cosas materiales; nadie ha olvidado que S. José era carpintero, hay una proporción muy grande de conventos que viven de su artesanía o su gastronomía, no son brokers o directivos de bancos.
Así que hay que tener cuidado con lo que se dice, porque cuando uno se equivoca… bueno, creo que leí una vez que las palabras eran como las balas, una vez lanzadas no es posible pararlas. Y las equivocaciones no hablan sobre lo que nos equivocamos, si no sobre nosotros mismos.
Así que, por lo menos, maticemos lo que decimos.
Qui sibi semitam non sapiunt alteri mostrant viam.
Toma Jeroma… Contestación del propio José Hermida citando a Cicerón!
(lo que no sabía, hasta que lo he buscado en Google, claro…, el latín lo dejé olvidado en 2º de BUP)
Traduzco para el que lea esto:
«No sabiendo encontrar el sentido por sí mismo, muestran a los demás el camino».
Hombre, hay un refrán castellano que dice: «a palabras necias, oídos sordos». Que no es que yo se lo aplique a usted, ojo. Si no que creo que, para contestar con un refrán, me podría haber dicho éste también.
Quizás me equivoque, pero, en ese caso, me gustaría que me corrigiera o me desmostrara por qué me equivoco. No intento ponerme, en ningún caso, por encima suyo, yo no soy del tipo «espalda gris». Tampoco creo saber más, sólo creo saber cosas diferentes y tener distintos puntos de vista sobre algunas cosas. Y me encanta aprender. Así que, por favor, si en algo me he confundido, me alegraría muchísimo que me lo dijera. Puede haber sido con algo de Historia, yo soy de ciencias y hace tiempo que no me la repaso… y se nota,seguro. Así que, a la espera estoy de su respuesta.
De todas formas, no creo yo que hubiera costado mucho cambiar «área católica» por «área occidental», además de que así parece que se refiere sólo a España, Italia y Portugal y deja fuera a países como Grecia, Alemania, Bélgica, Francia…
Por cierto, me gustó mucho su entrevista en la tv catalana. Felicidades.
Un saludo.
Me siento obligado a decirle que la acotación no es de Cicerón, sino del poeta Ennio, al que Cicerón cita (me he servido de la traducción de mi amiga la profesora Neus Galí cuyo minucioso trabajo, «Aurea Dicta», provisto de un más que inteligente prólogo del profesor Tierno Galván, resulta más útil para estos asuntos que el precipitado Google).
Disculpe mi altanería, se lo ruego. Los autodidactas somos insoportables por naturaleza. No obstante insisto en que el desconocimiento del lenguaje es la puerta de entrada de toda manipulación. En eso precisamente consistía mi mensaje y no en ninguna otra cosa: «si no sabes qué te están diciendo, puedes creer lo que sea». Esto vale para la religión, la economía, la política, el cuidado de la salud o cualquier otra cosa.
Permítame expresarle mi más sincero reconocimiento por su interés en un asunto que suele ser pasado por alto con más frecuencia de la necesaria. Créame que me agradaría sobremanera poder explorar con usted otros campos de controversia.
Atentamente,
Jose Hermida.
Jose Hemida.
Muchas gracias por la corrección. Así que Ennio… pues mis felicitaciones a su amiga Neus.
Dejemos el tema aquí, ya que, aunque no esté totalmente de acuerdo con el contenido del mensaje original, sí que lo estoy con una de las ideas a transmitir, como bien ha dicho: “si no sabes qué te están diciendo, puedes creer lo que sea”. Ahí le doy totalmente la razón.
Recuerdo una clase de Filosofía de la Ciencia donde el profesor, sin tener conocimientos serios sobre el tema, se puso a hablar sobre un cierto tema. El grupo de jubilados que asistían a la clase como parte de la Universidad de Mayores estaban encantados. Los futuros científicos que allí nos encontrábamos…, no tanto.
Estoy seguro que debe ser muy interesante y bastante divertido explorar diversas controversias con usted. Acuérdese de ello, por que si, por alguna razón, nos encontrásemos alguna vez, se lo recordaré.
Un saludo,
Daniel