Portada del libro "El nombre de las cosas" de Fernando Beltrán

 

– Mamá, cuando sea mayor quiero ser nombrador.

Creo que es lo que le habría dicho a mi madre si de niño hubiese conocido esta reciente profesión.

La verdad es que siempre me ha gustado esto de poner nombre a las cosas. De pequeño me inventaba palabrejas varias y ahora disfruto buscando nombres para proyectos empresariales de amigos, para titular blogs propios o ajenos o para bautizar objetos personales…

Quizá por eso me atrapó la entrevista radiofónica que le hicieron a Fernando Beltrán, un filólogo poeta que se gana la vida como nombrador y que acababa de publicar su último libro: «El nombre de las cosas. Cuando el nombre marca la diferencia» (editorial Conecta).

– ¿Nombrador? ¿Y eso qué es, hijo?

– Pues un señor que pone nombre a las cosas y al que le pagan por ello.

Nombrador. Una palabra que aún no está recogida en el diccionario de la Real Academia Española y que podría definirse como: Persona que pone nombre a empresas, proyectos, productos o servicios.

Amena, Faunia, OpenCor o Rastreator son algunos de los muchos nombres que ha creado Fernando Beltrán, un auténtico apasionado de las palabras, desde que fundó el estudio creativo que lleva el mismo nombre que su libro: «El nombre de las cosas«.

Precisamente en el libro nos cuenta experiencias relativas a su aventura de convertirse en nombrador profesional. Una de las más significativas fue cuando el autor se dió cuenta de la poca atención que agencias creativas y de publicidad ponían al hecho de nombrar sus productos o servicios. Inventó entonces la profesión de nombrador, en una época en que incluso sus amigos le decían que se moriría de hambre, que más valía abandonar esa locura y seguir sólo con su poesía. Pero la fe en su proyecto, su talento y la persistencia incluso en los momentos más difíciles fueron la base del éxito que logró al cabo de los años.

Además de las historias entrañables de ese proceso de consolidación como nombrador, el libro también contiene partes en las que nos detalla algunos de sus proyectos destacados.  Es interesante descubrir cómo surgió el nombre de la marca de telefonía móvil Amena, del centro cultural madrileño La casa encendida o de otras marcas no tan conocidas para el gran público pero que tienen nombres muy logrados que sintetizan con acierto la idea que sus clientes querían transmitir.

Finalmente, también encontramos en el libro conceptos muy valiosos sobre el hecho de nombrar las cosas. En el caso de las presentaciones, topamos con un problema parecido cuando tenemos que elegir un título para nuestra próxima conferencia. En el siguiente vídeo comento tres ideas destacadas del libro que creo que pueden tener aplicación para titular presentaciones.

 

Vídeo: Reseña del libro «El nombre de las cosas» de Fernando Beltrán.

Referencias

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«El nombre de las cosas: Cuando el nombre marca la diferencia» de Fernando Beltrán.

Portada del libro "El nombre de las cosas" de Fernando Beltrán

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