Normalmente, el turno de preguntas empieza justo después de que acabe la exposición del ponente. Sin embargo, existen otras posibilidades. Antes de comentarlas en el blog, me gustaría que votaseis la opción que os parece más adecuada, ya sea desde el punto de vista del presentador o desde el punto de vista de la audiencia. También tenéis la posibilidad de añadir alguna otra opción que se me haya pasado por alto.
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Créditos:
- Fotografía de mano levantada de seandreilinger.
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Formador, divulgador y podcaster. Enseño a comunicar ideas de forma eficaz, entretenida e inspiradora.
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En mi opinión, es importante hablar sobre la presentación y puede ser uno de los objetivos de la misma. Veo importante abrir un turno de palabras después de la presentación para poder debatir sobre el tema presentado.
La normal general suele ser después de finalizar la presentación, pero creo que se debería ir implantando (si esto no interfiere a la misma) que se pudieran hacer preguntas si con ello se puede esclarecer un punto que quizás no queda muy claro.
El debate lógicamete yo si que lo dejaría para el final.
En mi opinion preguntas de los participantes en cualqier momento durante la presentacion crean interaccion. Interaccion ayuda mucho a hacer la presentacion que sea interesante para los participantes. De hecho casi siempre yo empiezo mis presentaciones con una pregunta a los participantes. Esto les anima a preguntar más en seguida.
Es complicado decir cual es el mejor momento, porque durante la presentación se corre el riesgo de tener demasiadas interrupciones y que la audiencia pierda el hilo. Y después de la presentación se corre el riesgo de que la presentación pierda interactividad y por lo tanto se corre el mismo riesgo que en el primer caso. Posiblemente la mejor opción es antes de las conlusiones finales, ya que reforzará la asimilación del contenido y por otro lado permitirá hacer un break a tiempo para que la audiencia pueda participar, aclare dudas y se refuercen las conclusiones.
Gracias Núria, Ascensión, Steve y Ricard por vuestras aportaciones. Está claro que hay varias opiniones respecto cuando es el mejor momento de hacer preguntas.
Dependiendo del formato de la presentación y del número de asistentes, quizá es más adecuado un planteamiento concreto que otro. En mi opinión, no debería dejarse para el final de todo porque se corre el riesgo de bajar la intensidad y de que sea la última cosa con la que se queda la audiencia.