En una presentación con PowerPoint, hay quien sistemáticamente primero muestra una diapositiva, le echa un vistazo y después empieza a explicarla. Estas personas, al aterrizar en la nueva diapositiva, a menudo empiezan sus frases con expresiones como:
- ¡Ah, si!
- Vale…
- ¿Esto? Pues …
- Aquí vemos…
O incluso leen el título que aparece en la diapositiva. En resumen, aplican el «muestra primero y habla después». Este planteamiento está muy extendido aunque no es muy recomendable porque rompe el ritmo y la unidad de toda la presentación. Además, da sensación de poca preparación y descuido, y convierte al presentador en esclavo de su PowerPoint.
Lo adecuado es empezar a hablar sobre la siguiente diapositiva antes de llegar a ella. Es decir, «habla primero y muestra después». Para hacer esto debes haber ensayado suficientemente para recordar siempre qué viene a continuación. Otra opción más sencilla consiste en activar la vista del moderador de PowerPoint, donde sólo el presentador ve en su pantalla las siguientes diapositivas.
De hecho, este recurso de «habla primero y muestra después» se utiliza frecuentemente en el cine para enlazar dos escenas. Las imágenes de una escena que termina se mantienen mientras se introduce el sonido de la siguiente escena durante unos instantes. Este efecto da continuidad, unidad y coherencia a la película.
Si eres dueño de tu PowerPoint, la audiencia se dará cuenta de que toda la información nueva e importante viene de ti y no de un puñado de diapositivas.
Créditos:
- Fotografía de brazo encadenado con llaves de geoffmc.
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