Chico saltando de trampolín

Mucha gente tiene miedo a hablar en público. Algunas personas hacen todo lo posible para evitarlo siempre que pueden. El año pasado conocí a una de esas personas, su nombre: Ascensión, una administrativa que reconoció que no le gustaba hablar en público y que lo había evitado con éxito hasta el momento. Ella fue una de las alumnas de un curso que di sobre cómo hacer mejores presentaciones.

El último día de dicho curso, todo el mundo tenía que hablar en público durante cinco minutos. Las distintas sesiones que planteé iban encaminadas a que prepararan y aplicaran lo que iban aprendiendo para usarlo el día de la presentación. Cada alumno podía elegir libremente el tema que quisiera.

Llegó el último día y los allí presentes teníamos cierta curiosidad por ver cómo se las arreglaría Ascensión, ya que todos recordábamos sus palabras del primer día:
«No me gusta hablar en público. Siempre he evitado hacerlo. Yo sólo preparo las presentaciones de los demás.«

Cuando llegó su turno, Ascensión estaba algo nerviosa, pero no parecía estar más nerviosa que muchos de sus compañeros que habían presentado antes que ella. La cuestión es que hizo una gran presentación, una de las mejores del curso.

El texto anterior es un extracto de una entrada que publiqué en presentArte titulada ¿Qué hacer con el miedo a hablar en público? En dicha entrada, Ascensión dejó un comentario diciendo que «[…] es muy importante estar preparado y convencido de lo que queremos transmitir. Es entonces cuando esa seguridad te ayuda a deshacerte un poquito de ese miedo escénico«.

Su comentario es un sabio consejo: prepárate bien, cree en tu mensaje y te será más fácil presentar, aunque tengas miedo.

Pero la historia no acaba aquí. Meses más tarde después de que acabara el curso, Ascensión se puso en contacto conmigo. Le habían dicho que tendría que presentar un proyecto ¡en un congreso en Torremolinos! La misma persona que había evitado a toda costa hacer presentaciones se veía obligada a hacer una presentación delante de cientos de personas.

Ascensión me envió su archivo PowerPoint y un documento Word con lo que iba a explicar en su presentación. Ella había aplicado muchos de los conceptos que aprendió en el curso y yo sólo la asesoré con cuatro cosas que había que pulir. En esencia su presentación estaba muy bien planteada.

Cuando llegó el día de la presentación, Ascensión subió al escenario y… Bueno, será mejor que os lo cuente ella misma :-)

Este es un buen ejemplo para las personas que tienen miedo a hablar en público. Cada día, personas así se ven obligadas a hacer una presentación. La clave del éxito está en que tengan los conocimientos necesarios para estructurar una presentación, en lo bien que se preparen su tema y en que reciban opinión de terceras personas para incluir mejoras. Puede parecer complicado pero no lo es. Ascensión sintió el miedo pero lo hizo. Y lo hizo muy bien.

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Créditos:

  • Fotografía de chico saltando de trampolín de allythacker.
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