Uno de los errores más habituales de una presentación con PowerPoint consiste en llenar por completo cada diapositiva, ya sea sólo con texto o combinándolo con fotos, gráficos, logotipos, etc.
Este mal uso de PowerPoint está tan extendido que se da por bueno que cada diapositiva contenga tanta información. Incluso se puede dar el caso de que te atrevas con unas diapositivas menos cargadas y alguien te reproche que hay demasiado espacio vacío. Si se da el caso, puedes decirle que no es una cuestión de gustos. Existen varias investigaciones científicas que demuestran que el exceso de información por unidad de tiempo dificulta el aprendizaje de los receptores. Una de las referencias que puedes utilizar a tu favor es el libro Multimedia Learning 2nd Edition, de Richard E. Mayer.
Lo que la ciencia cognitiva ya sabía
La ciencia cognitiva se encarga de estudiar cómo la información es representada y transformada en el cerebro. Abarca, entre otros aspectos, la atención, la percepción, el aprendizaje, la memoria o el conocimiento. Los orígenes de esta ciencia se remontan a los años 30 y 40 del siglo XX, aunque la expresión ciencia cognitiva no fue acuñada hasta el año 1973.
Desde hace poco más de un par de décadas hay varios estudios científicos que tienen que ver con el aprendizaje multimedia. Estas investigaciones demuestran que usar diapositivas repletas de texto que el presentador lee en voz alta no facilita la atención, la retención ni el correcto procesamiento de la información por parte de la audiencia. Varias de estas investigaciones fueron llevadas a cabo pocos años después de que apareciera la primera versión de PowerPoint, en el año 1984. Lo más curioso es que después de más de 25 años, muchas diapositivas tienen el mismo aspecto que las primeras diapositivas que se hicieron con la primera versión de este programa: mucho texto y poca imagen. Entonces tenía cierta lógica que las diapositivas fueran así, la capacidad gráfica de los ordenadores era muy limitada. Hoy en día no tiene ningún sentido seguir haciendo este tipo de diapositivas.
Nuestra capacidad para procesar información es limitada
El cerebro humano tiene grandes cualidades y se encarga de un sinfín de tareas de diversa índole. Sin embargo tiene una limitación importante: una capacidad muy limitada para procesar información por unidad de tiempo. Por ejemplo, si alguien te dice siete dígitos, es probable que puedas retenerlos y memorizarlos durante un rato. Si en cambio te dice diez, doce o más dígitos probablemente no puedas recordarlos todos a la vez.
Este fenómeno se debe a que la zona temporal donde se albergan los datos que llegan del entorno no puede retener mucha información. Esta zona es conocida como memoria de trabajo, y si está llena no puede procesar correctamente otros datos que estén llegando. La información relevante que ha sido correctamente procesada y entendida puede entonces albergarse en la memoria a largo plazo, que tiene una capacidad mucho mayor y es donde guardamos recuerdos y aprendizajes.
Esto en la práctica significa que debes descomponer la información en partes digeribles para la memoria de trabajo. Tendrás que desgranar los temas complejos en partes más sencillas que puedan entenderse por sí solas. Por esta razón, cada diapositiva tiene que ser simple y no estar abarrotada de texto, gráficos o adornos que distraigan y confundan al personal y, por tanto, dificulten su correcto procesamiento.
Para respetar los límites de la memoria de trabajo del cerebro es recomendable que cada diapositiva contenga una sola idea o concepto y pueda ser procesada en pocos segundos.
Quizá en algún momento no te sirva la táctica de descomponer un concepto en varias diapositivas. En ese caso, puedes optar por usar una sola diapositiva donde vas mostrando, de forma progresiva y con ayuda de animaciones, cada parte nueva de tu idea mientras vas explicándola con detalle. Así la audiencia tiene tiempo para procesar cada una de las partes correctamente.
Referencias:
- Beyond Bullet Points, de Cliff Atkinson (Microsoft Press 2008)
- Multimedia Learning 2nd Edition, de Richard E. Mayer (Cambridge University Press 2009)
Créditos:
- Fotografía de anuncio japonés de Carlos Caño con licencia Creative Commons Atribución-No comercial-Compartir igual.
- Parte del texto y las dos diapositivas de esta entrada se han extraído del artículo de Carlos Caño: Cómo diseñar las diapositivas de la presentación oral, publicado en el Observatorio Tecnológico (Ministerio de Educación).
- Fotografía de la botella, modificada a partir de la foto original de aloshbennett
- Esta entrada tiene una licencia Creative Commons de Atribución-No comercial-Compartir igual.
EXCELENTE Y UTILISIMA EXPLICACION !!!!!!
GRACIASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Genial el post. Útil y agradable de leer.
Una pregunta, ¿cómo se llama la fuente que utilizas en tu web?
Gracias !
¡Gracias, Francisco!
Creo que la fuente de este tema es la Open Sans.
Saludos.
gracias por tu hermosa referrencia